domingo, 11 de noviembre de 2012

Sombras. Capítulo 1.

No paraba de llover, cualquiera diría que era el fin del mundo y no era nada mas que el principio. Esa mañana Alessandra se había levantado de muy buen humor pero al asomarse por la ventana todas esas buenas esperanzas desaparecieron nada mas notar el gélido aire en su cara. En parte no se equivocaba ya que su día no iba a mejorar, sino que iba a acabar con su vida llena de sueños y metas. Cuando salio de casa lo empezó a notar, sentía que todo iba en su contra y que todos se fijaban en el mínimo error que ella cometía, si pisaba un charco había una señora paseando al perro que se iba a quedar mirándola como si hubiese salido de casa si pantalones. Cuando llego a la parada del bus se encontró con la persona menos esperada: Coddie, es el típico niñato que no tiene cerebro ni personalidad porque siempre va imitando a otras personas porque no tienen originalidad. Tuvo muy mala suerte ya que él piensa que le cae bien pero casi todas las chicas de su clase le odian incluida ella, y tener que hablar con el con el buen despertar que había tenido no era la mejor situación del mundo. Por casualidad el autobús tardo siglos en llegar y luego se fue parando en cada parada, lo que hizo el viaje mucho mas horrible y pesado, la única cosa minimamente buena podía ser que llevaba el ipod con la recopilación de las canciones de Taylor Swift, Adele y Ed Sheeran.
La siguiente parada era la del instituto y a medida que el autobús se iba acercando casi todos las personas se levantasen para bajarse, eso hizo que se llenase de mochilas, abrigos, paraguas y gente ansiosa por salir la primera. Alessandra nunca entendería porque tienen tanta prisa si en el bus hay calefacción y asientos blanditos pero todo el mundo se bajo como una exhalación menos ella que se quedo de las ultimas y nada más hacerlo le cayó un goterón helado en la nuca, justo en ese espacio que el abrigo no llega a cubrir. Por pereza no abrió el paraguas para los diez pasos que tenia que andar pero en ese escaso recorrido se empapo y encrespo el pelo lo suficiente para parecer que había venido andando. Para colmo Coddie no la había dejado en paz desde que se habían encontrado en la parada y ahora la seguía escaleras arriba, pudo librarse cuando en vez de girar para entrar en el pasillo de las clases siguió recto para meterse en el baño y poder arreglarse un poco el pelo. Cuando entro se encontró con su mejor amiga Katia.
-¡Ale!¿Qué tarde has llegado no?-le pregunta mientras se acerca a darle dos besos.
-Sí, el autobús que ha llegado tarde-le explica mientras intenta arreglarse el pelo.-y para colmo he tenido que aguantar el coñazo de Coddie todo el viaje-parecía que su melena no quería quedarse en su sitio.
-Pobrechita-responde fingiendo supuesta comprensión-habrás sufrido mucho¿verdad?
Una última mirada y justamente sonó la sirena, así que Katia y Alessandra se dirigen tranquilamente a clase. Cuando entran se coloca cada una en su sitio y entra la profesora a clase.<<Genial, a primera Tecnología,con lo que me gusta>>,piensa,con mucha ironía. El resto de la mañana la pasó realmente aburrida, con clases como Matemáticas e Inglés.La profesora de inglés le había mandado quedarse en el patio porque supuestamente estaba hablando, todo mentira, porque solo estaba mascando chicle. Cuando pudo salir de su castigo, fue al encuentro de sus dos mejores amigas: Katia y Nicolette. Iban andando, hablándose entre ellas como si no hubiese nadie más alrededor. Se reían de algo o de alguien, es más,Ale pensaba que se reían de como iba vestida porque,como había empezado el día, todo era posible. Cuando las alcanzó, se pararon en seco como si hubiesen visto un fantasma, miraban detrás de ella asi que se giró y, como no vio nada fuera de lo normal, volvió pero al hacerlo, se quedo muy extrañada. Se habían ido, se habían desvanecido como la bruma. Dio una vuelta sobre sí misma para buscarlas y las vio volviendo a bajar las mismas escaleras, riéndose y hablando de la misma manera. No lo pensó más veces y se convenció de que habría sido un dejavú, pero la llama de la duda ya se había encendido en su corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario