sábado, 23 de febrero de 2013

Capítulo 9. Besos reconciliadores. (Jack)

Caminaba despacio, con paso firme, recorriendo los pasillos sin pensar. Llego a la habitación y entro sin llamar. Me encuentro con Mireia acostada en la cama. Suspira al escucharme entrar y se gira, dándome la espalda.
-Cariño -digo dulcemente- ¿Te has enfadado mucho?
Chasquea la lengua y no me responde. Me acerco lentamente y me siento a su lado, acariciándola con dulzura.
-Pequeña perdóname -sigo hablando- Estoy seguro de que no va a ser como los demás -digo mientras le cojo un mechón de pelo y se lo coloco detrás de la oreja.
Ella sigue sin inmutarse, vuelve a chasquearla y se gira bufando. Me tumbo a su lado y la cojo dulcemente de la cintura. Mireia suspira, se da la vuelta y nuestras caras se quedan a escasos centímetros.
-Joder Jack, ¿pensaste alguna vez en nosotros? -dice susurrando.
-Deberías saber que nunca dejo de pensar en ti. -digo sonriendo.
-No Jack, -replica separándose un poco- ¿alguna vez pensaste en nosotros? ¿En Cory? ¿En que a lo mejor no lo aceptaría como tú? Joder, que ella tanía una vida, con amigos y familia que la querían mucho. -suelta Mireia, amenazante.
Sonrio, amargado y triste, pero no aparto su mirada. Acaricio su mejilla y cierro los ojos, tragando con fuerza. Suspiro, me levanto y antes de adentrarme en la oscuridad y soledad del pasillo digo:
-Tienes razón, yo no tenía una vida. -y salgo silencioso.
Oigo que Mireia me llama y que sus pisadas se acercan a mí. Acelero un pco el ritmo pero me alcanza y, agarrándome del brazo, me obliga a detenerme. Sorprendiéndome Mireia e besa, cariñosamente. Agarro su cara y nos separamos un poco, frente a frente.
-No digas eso cariño, sabes que no quería decirlo así. -dice Mireia en un susurro. Sonrio, triste, pero vuelvo a juntar nuestros labios. Noto que ella también sonríe bajo mis labios, abrazandome el cuello. Bajo mis manos a su cintura, con dulzura, y meto mis manos heladas debajo de su camiseta, rozando su piel. Mireia da un respingo y me golpea el brazo.
-Así me gusta -comento riendo- Ahora, vayamos con Cory y Alessandra, ¿te parece?
-Preferiría que no -dice muy seria- todavía no estoy lo suficientemente calmada para hablar. Mejor vayamos a comer algo -añade sonriendo.
Suspiro y la cojo omo un saco de patatas. Patalea y me golpea levemente la espala, riéndose, para que la baje pero, en vez de eso me dirigo a la habitación donde estaba nuestra invitada. Entro todavía con Mireia al hombro y sin llamar.
-Dejad cualquier cosa que estéis haciendo porfavor -comento riéndome mientras me tapo los ojos.
-Dejalo ya Jack, no estamos haciendo nada. -dice serio Cory. Levanto un dedo y miro a través del espacio. Finalmente me quito la mano de la cara y sonrio.
-Mireia y yo nos vamos a comer, procurad no meteros en líos o no me destrocéis la casa, como la última vez -añado mirando a Cory.
Les guiño un ojo y desaparezco por la puerta con Mireia todavía quejándose pero sin hacer esfuerzos por bajarse. Llegamos al portal y salimos como personas normales, andando de la mano. Sonrio y beso a Mireia en la mejilla, nos dirigimos a nuestro restaurante preferido. Entramos entre risas y bromas, el camarero que nos atiende ya nos conoce y nos coloca en nuestra mesa favorita y nos trae lo de siempre.
-¿Me has perdonado ya? -susurro al oído de Mireia, sonriente.
-No, vas a tener que esforzarte un poco más -responde ella poniéndose seria, pero enseguida sonriendo.
Me acerco lentamente a ella y la siento en mi regazo, mordiéndome el labio. La beso, con pasión mientras juego con mi lengua, recorriendo su boca. Mireia se deja llevar y se agarra a mi cuello, acariciándome la nuca. Sigo besándola aún cuando el camarero llega deja las bebidas en la mesa, la muerdo levemente el labio y jadeo en su boca.
-Eso ha estado bien -susurra sonriendo Mireia- pero que muy bien -añade y me regala un último beso antes de separarse y sentarse en su silla.
Sonrio, realmente feliz y la miro con ternura. 'No sé que haría sin ella' pienso mientras me peino un poco. Comemos tranquilamente, mientras bromeamos y nos lo pasamos bien. Porque toda esa calma y felicidad terminará antes de que lo esperado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario