jueves, 1 de agosto de 2013

Capítulo 12. 'Los sueños no son cosa del azar' (Cory)

Me despierto de golpe, sudando y con las sabanas revueltas. Miro el reloj, las cuatro de la mañana todavía. Me froto la cara con fuerza, tratando de pensar que solo era una pesadilla nada de eso se iba a hacer realidad. Sin embargo no puedo quitarme de la cabeza las palabras que una vez me dijo Shiandra: 'Los sueños no son cosa del azar, todos tienen algo de verdad, algo de destino'. Ojalá se equivocase, aunque rara vez lo hace. Cada vez que cierro los parpados veo la cara de Ale cuando la detuvimos con un gesto de pánico, como si estuviese grabada a fuego en mi retina. Me siento en la cama y miro al suelo, con las manos en la frente. No puedo seguir así, el sentimiento de culpabilidad me corroe por dentro, me retuerce las entrañas y me dan ganas de hacer cosas que no se deben hacer. Todo esto por una chica, parece mentira.
Decido salir a despejarme pero, cuando me doy cuenta me estoy dirigiendo a la habitación-celda de Ale. Entro en un completo silencio y se me acelera el corazón cuando distingo una sombra en la ventana. En un par de pasos me coloco detrás de la sombra y con un ágil movimiento le tapo la boca para que no pueda gritar. Ésta se sorprende y lleva sus manos a la mía, tratando de quitarla. A la luz de la débil luna distingo a Ale. Sonrío sin que me vea y la giro despacio, aún con la mano en su boca. Ella me mira y noto que se relaja enormemente cuando descubre que soy yo, luego una fuerza repentina se apodera de ella y me empuja por el pecho.
-¿Quien te has creído que eres para entrar así en mi celda? -me susurra muy enfadada.
-Un matón que venía a por ti -bromeo sonriendo excéntrico.
-Pues que sepas que no tiene ninguna gracia -me mira con el ceño fruncido.
Se separa y se dirige a la cama, donde se sienta de espaldas a mi.
-¿Que quieres? -pregunta seca.
Me quedo mirando su silueta en la sombra, no puedo evitar sonreír al apreciar su belleza. Suspiro y me siento frente a ella.
-Hablar contigo -respondo, sincero.
-Está bien, habla -dice cruzandose de brazos.
-Verás Ale, esto no es lo que parece, es solo que Eva es un poco más brusca que las demás, pero en el fondo es buena persona -miento.
-Vas a tener que buscar una excusa mejor, querido Cory -acusa con un deje de asco en su voz.
-¿Te acuerdas cuando despertaste en casa de Mireia y te dije que tenías que pasar unas pruebas? -pregunto mirandola a los ojos directamente,- Bien pues aquí es donde se van a llevar a cabo. Yo tenía pensado llevarte cuando estuvieses preparada mentalmente, pero Eva no lo quiso así, y ella es la jefa en estos momentos. -bufo casi imperceptiblemente.
Su anterior seguridad y enfado se disipan lentamente mientras va comprendiendo la situación, todavía no sonríe de felicidad, pero a la mañana, cuando Shiandra se lo explique todo seguro que cambiará de opinión.
-¿Y entonces por qué has venido ahora? ¿Por qué no podías venir a unas horas más... razonables? -pregunta, ahora con su voz normal.
-Por que no podía dejar de pensar en ti -me muerdo el labio.
-Que considerado por tu parte -dice, pero en el fondo que se sonríe, sus dientes la delatan.
Un torrente de sentimientos recorren mi mente y todos llegan a la misma conclusión. Se me acelera la respiración y me acerco poco a poco a ella. Ale tampoco se separa, por lo que no estoy seguro de nada. Paro a escasos centímetros de su cara, con el corazón sin dejar de golpear mi pecho, queriendo acercarme más a ella. Sin previo aviso noto unas manos en mi nuca y acto seguido me encuentro pegado a sus labios, con los ojos cerrados. El beso se prolonga durante unos segundos más, en los que no me permito pensar en nada más que no sea en ella. Se separa un poco y me mira, con una sonrisa enorme en la boca.
-Buenas noches, Cory. -se levanta y entra al baño.
Entre toda la confusión salgo de la habitación y llego hasta mi cama, donde me derrumbo con una sonrisa tonta en los labios.