viernes, 28 de junio de 2013

Capítulo 11. Sola (Mireia)

Los había abandonado, a todos. Pero el que más le pesaba era Jack. Aquel endiablado humano había conseguido ganarse su corazón, traspasar sus barreras y grabar a fuego su nombre en él. Ahora tendría que vivir con el pesar de haber tirado por el suelo todos esos sentimientos que tan fuerte habían golpeado su alma. Sin embargo no podía culparle de nada, en el fondo, no tenía la culpa. Ojalá no pierda nunca la esperanza de que todo pasé rápido y sean tan felices como antes. Yo ya la había perdido.
Con el traqueteo del coche vuelve a la cruel y dura realidad. Su acompañante miraba a la ventanilla absorta, golpeandose los dientes con las uñas. El insufrible sonido me sacaba de quicio, mas no podía decirle nada a Eva. Cómo podía odiarla. Siempre había sido mejor que ella en todo. Eva era más guapa, más alta, más delgada, más fuerte y más popular. Por eso la habían nombrado a ella Saltadora Jefa y no a la invisible de Mireia. La buenecita de Mireia nunca se metía en problemas, nunca destacaba en nada. Había conseguido que la cogiesen como ayudante de Eva, luchando desde las sombras, su mejor técnica. Así que cuando ésta le mandó saltar a la tierra para vigilar a unos humanos nunca hubiera llegado a pensar que se enamoraría de Jack. Desde que le había conocido se había permitido pensar que todo podría salir bien, que podrían ser una pareja de humanos como todas las demás. Pero Eva le había abierto los ojos brutalmente, de la única manera que ella conocía.
Sin embargo, con Cory no pasó lo mismo y quizás eso fue lo que más me molesto. Se notaba a la legua que Eva estaba coladita por él, y que él pasaba de ella. Siempre había sido Cory el soltero, el guapo, la pareja perfecta de Eva. Pero éste lo detestaba con todas sus fuerzas sólo que no podía hacer nada por cambiarlo, era demasiado pasota para conseguirlo. Vamos, que no podría haber sido mejor para él que le mandasen como supervisor de mi misión, con esa escusa se libraba de la impertinente Eva.
El coche fue reduciendo velocidad a través de una rotonda hasta que aparcó en frente de la mansión humana de Eva. El conductor se bajó corriendo a abrirle la puerta a la joven esbelta y de cabello negro que, radiante, demostró una gran sutileza y agilidad al lanzarse a brazos de Cory sin que éste la viese venir. Salgo como puedo, tras ella y reprimo una carcajada al ver la escena que me esperaba fuera.
-No os podéis imaginar cuánto os he echado de menos -miente deliberadamente Eva.
-Claro que sí, Eva -dice Cory, mirándome y sonriendo divertido por lo absurdo de la stuación.
Habíamos ido todo el trayecto en coche juntos y no habíamos intercambiado palabra.
-Bueno bueno, dejad los abracitos para más tarde que la comida está en la mesa -dice la anciana que nos espera a la entrada de la casa.
-Abuela Shiandra -exclamó y voy corriendo a abrazarla.
-No entiendo que tiene esta chica que se encariña demasiado con las personas corrientes -dice Eva mientras pasa a nuestro lado con cara de asco.
Siento una punzada en el estomago al recordar a Jack inconsciente en el suelo de su apartamento. Abuela Shiandra lo nota y me mira, pidiéndome explicaciones. Niego con la cabeza, con una sonrisa triste.
-Luego te cuento -murmuro antes de entrar cabizbaja.

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